sábado, 28 de mayo de 2011

Tema 11 de PAEG. EL SEGUNDO FRANQUISMO

El segundo Franquismo (1959-1975). Evolución política. Evolución socioeconómica. Oposición política al régimen y Castilla-La Mancha durante la dictadura Franquista.
Llamamos segundo franquismo al periodo histórico español comprendido entre 1959 y 1975. En esta fase, las transformaciones económicas iniciadas con el Plan de Estabilización de 1959 alteraron las bases del régimen. A continuación veremos los aspectos más decisivos de esas transformaciones.
A. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA
a) La tecnocracia. El domino del Opus (1957-1969).
Desde finales de los años cincuenta España sufre dos cambios fundamentales; el desarrollo económico y la transformación social. El tercero, el político, no se produjo pese a ciertas transformaciones sufridas. Si en la etapa azul la idea fundamental era la instauración de un régimen de corte fascista y en la segunda etapa, el nacional-catolicismo, todo giró en torno al intento de reconocimiento internacional; esta tercera etapa va a estar marcada por los intentos de preparar el régimen para el futuro. Así, temas como un cierto pluralismo político y la sucesión de Franco se van a convertir en el eje del periodo, ante los que aparecen dentro de las familias del régimen posturas diferenciadas. Pese al dominio de los tecnócratas, apareció una corriente proveniente del Movimiento, la antigua Falange, que era partidario de un mayor aperturismo. Esta lucha entre tecnócratas y aperturistas va a ser otra de las claves del periodo.

b) La definitiva institucionalización del régimen.
En 1958 se aprobó la sexta ley fundamental: la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, una recopilación de leyes y normativas anteriores. Mediante referéndum se aprobó la séptima y última de las leyes fundamentales del Estado; la Ley Orgánica del Estado. Ésta abordaba el tema central del periodo; el intento de asegurar el futuro del régimen. Separó los cargos de Jefe de Estado y de presidencia del gobierno, asentó la institución monárquica, pero sobre todo abrió las Cortes a una cierta participación popular, creándose la figura de los procuradores representantes de la familia, elegidos de forma directa por los cabezas de familia y las mujeres casadas. No obstante, la mayoría de los procuradores seguían siendo miembros natos designados por Franco o indirectamente por las corporaciones. Una de las cuestiones más importantes del periodo fue la Ley de sucesión de Franco, ya que afrontaba las dos grandes cuestiones del periodo: la preparación del futuro y las distintas posiciones políticas existentes. Entre los distintos pretendientes que optaban al cargo, Franco optó por el candidato de Carrero Blanco y los tecnócratas: Don Juan Carlos de Borbón. La elección fue muy madurada y lenta e implicaba saltarse la línea dinástica con el objetivo de garantizar el funcionamiento de las instituciones después de la muerte del dictador, naciendo el sucesor de las mismas entrañas de la dictadura.
c) La estrategia política de los aperturistas.
Aunque el dominio político de esta etapa corresponde a los tecnócratas surgen otros grupos que se enfrentan a ellos, dentro del contexto de los cambios económicos y sociales que se estaban produciendo y sobre todo ante la perspectiva de un régimen sin Franco. Dentro de estos grupos destacan los inmovilistas o búnker (sector duro del Movimiento que pretendía volver a un régimen totalitario) y los aperturistas, provenientes también del Movimiento y liderados por Fraga y Solís. Ambos llegan a ser ministros e intentan a través de sus leyes y disposiciones hacerse con un lugar político en el régimen para preparar la sucesión e imponer sus ideas. Solís intentó imponer su idea de que el desarrollo económico y social demandaba cambios políticos importantes. Así, intenta sacar hacia adelante una ley de asociaciones políticas que permitiera un pluralismo limitado y la denominada "democracia sindical" que consistía en la integración en los sindicatos oficiales del nuevo movimiento obrero. Ambas disposiciones aunque tuvieron ciertos resultados, estos fueron muy limitados debido a la oposición de los tecnócratas que eran más partidarios de la burocratización y no de los cambios políticos. Algo parecido ocurrió con la ley de Prensa de 1966, promovida por el ministro de Información y Comunicación Manuel Fraga. La nueva ley abolió la censura previa y concedió una cierta libertad de prensa con la que la oposición incrementó su capacidad de expresarse. Pero también tenía bastantes limitaciones como la contemplación de delito cuando se "atentase" contra el Jefe del Estado, los principios del Movimiento, las Leyes Fundamentales, la seguridad nacional y el orden público. Además se controlaban las noticias extranjeras a través de la agencia EFE, se podía cerrar medios de comunicación y se controlaban la mayoría de los medios informativos. En definitiva, la prensa que se había configurado con la ley de Fraga no era una prensa libre, pero tampoco la de los primeros tiempos de la dictadura. En 1969 estalla el escándalo Matesa, un tema de corrupción financiera e industrial en que estaban implicadas personas pertenecientes a los tecnócratas y al Opus.
c) La política exterior.
Desde 1957 la política exterior franquista se fijó como objetivos el acercamiento a la Europa comunitaria, el mantenimiento de una estrecha relación los EEUU y la recuperación de Gibraltar. España alcanzó durante este tiempo la mayor aceptación internacional dentro del régimen. Desde que en 1957 se creó la CEE, los tecnócratas, imponiéndose a los militares y los falangistas que no estaban de acuerdo, eran partidarios de la entrada de España en ella. No obstante, la entrada no se conseguiría hasta 1986, debido al impedimento político, no obstante se cerraron acuerdos comerciales.
Las relaciones con EEUU estuvieron marcadas por los pactos bilaterales y las sucesivas prórrogas. España basó su política exterior en estos acuerdos y aunque pedía más colaboración americana a cambio de las bases, no lo consiguió. La presión para la recuperación del Peñón de Gibraltar se convirtió en una constante y símbolo de la política exterior española. A la presión diplomática se le unieron otras medidas como el aislamiento del Peñón, pero sin resultado positivo. España aceptó la independencia de Guinea Ecuatorial y cedió el Ifni a Marruecos (independizado de España y Francia en 1956), no obstante pretendió conservar el Sahara. Pero en 1975 firmó un acuerdo en el que lo repartía entre Marruecos y Mauritania, esta decisión es la base de la problemática actual de la población saharaui.
d) El declive del régimen (1969-1975).
En estos años, sobresale la figura del almirante Carrero Blanco, vicepresidente del Gobierno y mano derecha de Franco. Carrero trazó un amplio programa político tendente a:
- Relanzar la economía, objetivo que se consigue.
- Apertura al exterior: el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, López Bravo, firmó un acuerdo comercial con la CEE y estableció relaciones diplomáticas con China y con la República Democrática de Alemania (la Alemania comunista).
- Reforma de la Educación: la Ley Villar Palasí de 1970 pretendía la equiparación con Europa, extendiendo la enseñanza básica gratuita.
- Reformas internas que no se llevan a cabo, como el Anteproyecto de Asociaciones " de acción política" del ministro Torcuato Fernández Miranda o el intento de mejorar sus relaciones con la Iglesia, o que son insuficientes, como la nueva ley sindical.
Los intentos de mejorar sus relaciones con la Iglesia y resolver el problema obrero con la nueva Ley Sindical, fracasaron. El malestar laboral entre 1970 y 1974 fue creciendo y ETA se mostró especialmente activa. La respuesta del gobierno fue endurecer en 1971 la Ley del Orden Público de 1959.
A principios de 1973 el enfrentamiento, en el seno del franquismo, entre los aperturistas y los ultraconservadores provocó una crisis de gobierno que resolvió Franco separando por primera vez la Jefatura del Estado y la del Gobierno. El nuevo gabinete, que practicó un "giro a la derecha", apenas si se estrenó: el 20 de diciembre de 1973, el presidente Carrero moría en Madrid víctima de un espectacular atentado de ETA.
b) Arias, albacea del franquismo.
En enero de 1974 Franco nombró nuevo presidente del gobierno al fiscal y notario de Madrid, Carlos Arias Navarro. Su gobierno debía hacer frente a la crisis económica, que se había anunciado desde la subida de los precios del petróleo el año anterior, el orden público y el desarrollo político. Ante la convicción de que el fin biológico del dictador se encontraba cerca, Arias presentó a las Cortes un programa de gobierno que preveía una reforma del régimen: es el llamado "espíritu del 12 de febrero".
B. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA
b) El plan de estabilización (1957-1959)
Las dificultades que, a partir de 1956, se fueron acumulando en el campo de la economía provocaron una radical modificación en la política económica del régimen franquista. La situación era tan crítica que, por ejemplo, en 1959 España se podía haber quedado sin petróleo por falta de dinero público para pagarlo. Franco había formado, en 1957, un nuevo Gobierno en el cual dos personalidades destacadas del grupo tecnócrata –técnicos ligados al Opus Dei- ocuparon dos carteras básicas del área económica. Éstas fueron la de Comercio, desempeñada por Alberto Ullastres, y la de Hacienda, que lo fue por Mariano Navarro Rubio. A lo largo de la década de los 60 serán siempre políticos de esta tendencia tecnócrata los que dirigirán la política económica en España. Los nuevos ministros, Ullastres y Navarro Rubio, elaboraron un Plan de Estabilización Económica, que consideraban imprescindible para asentar sobre una base sólida el proceso de crecimiento económico que se quería iniciar. El Plan de Estabilización no gustó demasiado a algunos de los ministros del nuevo Gobierno. Por su parte, ni Franco ni Carrero Blanco lo acogieron con demasiado entusiasmo. Pero, puesto que no se perfilaba otra alternativa con credibilidad, el Plan de Estabilización recibió la aprobación del Gobierno mediante un decreto fechado el 21 de julio de 1959. Mediante este decreto se impusieron una serie de medidas básicas para orientar la economía del país. Citaremos sólo algunas de las más significativas:
1. Reducción del gasto excesivo del Estado y del de los particulares. Esto implicó restricciones en la concesión de créditos y congelación de los salarios.
2. Desaparición progresiva de los controles del Gobierno sobre las actividades económicas.
3. Apertura de la economía española a los mercados exteriores aumentando las facilidades para la realización de importaciones. La finalidad última de esta operación de política-económica era poner en contacto la economía española con la internacional. Esto se hacía en un momento en que ésta se encontraba en una etapa de fuerte crecimiento. Por otra parte, poco después de la publicación del decreto citado, el Gobierno dio muchas facilidades a las empresas extranjeras que quisieran instalarse en España. Con ello se eliminaban buena parte de los obstáculos que, en este terreno, se habían creado a lo largo de la etapa autárquica. Para realizar esta transformación económica, España pudo contar con la concesión de importantes créditos internacionales. En resumen, este Plan de Estabilización fue calificado como "la operación económica de más alcance realizada por el Estado en el período 1939-1959", fue una "operación singular y laudable de política económica". Sus efectos fueron inmediatos y positivos: reducción de la demanda interna y de la inflación, estabilidad de los precios. Pero a cambio se produjo una restricción de la actividad económica y un notable incremento del paro, que tendrá como válvula de escape la emigración de españoles a la Europa en desarrollo.
Los resultados del Plan de Estabilización fueron inmediatos. a partir de 1961 se produjo un fuerte crecimiento económico calificado por algunos como milagro español. El crecimiento se basó en una fuerte expansión industrial que se produjo por los bajos salarios y la masiva llegada de capitales extranjeros que veían en España un lugar favorable para las inversiones. Se construyó así un tejido industrial diversificado y potente, un fenómeno sin precedentes en la Historia de España. El crecimiento industrial atrajo a un gran número de campesinos que huyeron en masa a las ciudades, este fenómeno motiva a su vez un alza de los salarios agrícolas por la falta de mano de obra y este hecho conlleva la mecanización del campo por lo cual se produce también la modernización del sector que iba paralelo con el despoblamiento del interior del país. En el sector servicios el sector turístico fue el verdadero motor de la economía: miles de europeos acudían a España aprovechando los bajos precios, la amplia oferta de sol y playa y la existencia de una infraestructura hotelera en rápida expansión.



C. LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN
Mientras que fuera de España la oposición a Franco se debilitó, en el interior se fue diversificando y haciéndose socialmente más amplia, fenómeno paralelo a la disminución de la feroz represión de la etapa anterior.
a) La oposición social.
El fenómeno fue intenso y creciente, de tal forma que muchos grupos sociales anteriormente fieles al sistema o indiferentes en materia política o social se oponen abiertamente.
Las protestas obreras fueron en aumento desde 1962, la represión contra ellas fue menos contundente que en la etapa anterior. Asturias, País Vasco, Madrid y Barcelona y su cinturón industrial fueron los principales escenarios de la conflictividad obrera (manifestaciones, huelgas…), eran, evidentemente, las zonas más industrializadas. En 1964 surge el sindicato clandestino Comisiones Obreras como organización alternativa al sindicato oficial. Su táctica fue entrar en las organizaciones del régimen y aprovechar los cauces oficiales para organizar a los trabajadores. A finales del franquismo era el sindicato más importante. Otras organizaciones tradicionales como la UGT o la CNT no consiguieron levantar cabeza en estos momentos.
Las protestas universitarias cobraron fuerza a partir de 1965. Los actos de protestas se repetían frecuentemente y el régimen respondía con cargas policiales, detenciones, cierre de los centros universitarios… El movimiento estudiantil ya no se detuvo hasta el final del régimen y era el síntoma más claro de que el régimen no contaba con el apoyo de la juventud. La propia Iglesia Católica ya no era la institución monolítica que apoyaba al régimen. Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) la jerarquía católica se aleja del franquismo, y era más abierto el rechazo por parte de los sacerdotes jóvenes, muchos de ellos empezaron a militar en organizaciones católicas de claro contenido social que apoyaron las protestas obreras: Hermandades Obreras de Acción Católicas (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC)… El Gobierno calificaba estas actuaciones como ingratas y traidoras.
b) La oposición política.
De todos los movimientos que en el interior luchaban contra el franquismo, el partido político más organizado y el que contaba con más apoyos era el PCE (Partido Comunista de España), partido dirigido por Santiago Carrillo. Su estrategia política consistía en el entrismo, es decir, en entrar en las organizaciones legales del Movimiento y en todo tipo de asociaciones más o menos legales: organizaciones estudiantiles, asociaciones de vecinos… Muy vinculado a este partido estaba el sindicato Comisiones Obreras.
El PSOE no tenía ni con mucho la misma implantación, su dirección y casi todos sus mandos estaban en el exterior y los pocos núcleos del interior tenían poco margen de maniobra. Es un partido dividido entre los partidarios de un sistema republicano y la no colaboración con los comunistas por un lado y los partidarios de la monarquía constitucional y la colaboración con todos los partidos políticos para conseguir la democracia. En la extrema izquierda surgieron variantes del comunismo que iban desde el PCE Marxista-leninista, hasta grupos terroristas como el FRAP.
En la derecha la oposición al régimen estaba integrada por varias tendencias, entre ellas los monárquicos y la Democracia Cristiana. Este último grupo participó en 1962 en el Congreso del Movimiento Europeo en la ciudad alemana de Múnich, lugar de encuentro entre los grupos de oposición de dentro y de fuera del país. Estos grupos pidieron a la entonces Comunidad Económica Europea que no aceptara a España como miembro mientras no hubiera un sistema democrático homologable con los países de la citada organización. El régimen consideró esta reunión como una conspiración y lo denominó el “contubernio” de Múnich y muchos de los participantes en ese encuentro fueron arrestados al volver a España. De la misma manera se vigorizó también la oposición de los partidos nacionalistas como Esquerra Republicana de Catalunya o el Partido Nacionalista Vasco, que se estructurarían en los últimos años del franquismo. En Cataluña se crea en 1972 la Asamblea de Cataluña que agrupaba a todas las fuerzas políticas del principado en la lucha por la libertad y la autonomía. De esta etapa es también ETA, que surgió en 1959 como una escisión del PNV que mezclaba principios marxistas y nacionalistas. A partir de 1968 adoptó la estrategia de la lucha armada contra el franquismo, al que castigaría duramente en sus últimos años, el atentado más famoso fue el que segó la vida del presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco en 1973.

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